Incapacidad del alcalde para negociar y
consensuar los presupuestos
Le
recuerda al nacionalista que no puede imponer sus cuentas cuando tiene 4
concejales en una corporación de 17
Durante el pasado mandato, y gracias al
diálogo, el gobierno en minoría de Gumersindo Galego aprobó 3 presupuestos en 4
años
El portavoz del
PP, Gumersindo Galego, criticó esta mañana la falta de talante e incapacidad
para el diálogo del alcalde y concejal de Hacienda, el nacionalista Juventino
Trigo, al intentar imponer sus presupuestos sin previa negociación con los
grupos políticos. Ni habló con la oposición ni siquiera con sus socios de
gobierno, grupos que la semana pasada bloquearon la votación en pleno de los
presupuestos para el 2016. En esta línea, el popular le recuerda a Trigo que el
BNG tiene 4 concejales en una corporación que integran 17 ediles –entre ellos,
los 7 del propio PP-.
Gumersindo Galego
considera sorprendente la actitud de Juventino Trigo y explica que el regidor convocaba
el martes a las 14,30 horas una comisión urgente y extraordinaria para el
miércoles a las 9 horas con el fin de abordar las cuentas para el 2016. Al día
siguiente, el jueves, llevaba al pleno los presupuestos en forma de moción. El
nacionalista llegaba a esa cita sin haber reunido ni una sola vez al PP para
conocer sus propuestas sobre las cuentas e impidiendo que realizase una sola
aportación. A cambio pretendía un voto favorable de los 7 ediles populares.
Pero, en el mismo pleno, se evidenciaba que el nacionalista ni siquiera había
consensuado las cuentas con sus propios socios de gobierno –PSOE y Somos Fene-,
que le pedían que retirase el documento y lo negociase previamente. El alcalde
se negó reiteradamente y los presupuestos quedaron sobre la mesa.
Una situación que
Gumersindo Galego contrapone con la vivida durante el mandato popular, cuando
se entregaba un borrador a la oposición y convocaban múltiples encuentros para
llegar a consensos. Una política que permitió, aún en minoría, aprobar tres
presupuestos en cuatro años. Para el PP no es de recibo traer unas cuentas para
el ejercicio en agosto –retraso del que se responsabilizó en exclusiva el
propio alcalde y edil de Hacienda- y, lo más grave, llevarlas a pleno sin
debatir ni una sola coma.
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